Mi Viaje a Través de la Inspiración y la Creación
Desde que tengo memoria, la poesía ha sido mi compañera silenciosa, mi confidente en momentos de soledad y reflexión. Durante años, llené cuadernos con versos que nacían de mi alma, pero que nunca veían la luz del día. Los guardaba escondidos, como tesoros demasiado frágiles para el mundo exterior, por temor al fracaso y a la burla. Me decía a mí misma que la poesía no servía para nada, que era una indulgencia sin propósito en un mundo que valoraba otras formas de éxito.
Pero la poesía, con su persistencia silenciosa, nunca dejó de fluir a través de mí. A pesar de las crisis vocacionales, financieras y sociales que sacudían mi país bajo la sombra de una dictadura, escribir se convirtió en mi refugio, en mi acto de resistencia. Sin embargo, durante años, mis palabras permanecieron ocultas, protegidas del juicio y del desdén.
Con el tiempo, algo dentro de mí comenzó a cambiar. La necesidad de compartir, de conectar con otros a través de mis experiencias, se hizo más fuerte que el miedo que me retenía. Decidí dar un paso adelante, reclamar la propiedad intelectual de mis obras en Chile y enfrentar el desafío de editar y organizar mis poemas en distintos poemarios. Fue un proceso lento, marcado por la duda y las exigencias de la maternidad, sin ayuda familiar y con poco tiempo para dedicarme a mí misma.
En diciembre de 2023, un curso de nutrición me llevó a una clase donde un psicoterapeuta, conocido como el psicoterapeuta rebelde, utilizó poemas de Jorge Luis Borges para ilustrar aspectos del yo y de la mente humana. Aquella clase fue una revelación: la poesía tenía un propósito más allá de mi propia expresión. Podía ser una herramienta para adentrarse en la mente humana, algo que solo un poeta sabe dejar expuesto y que, si es de ayuda a un psicoterapeuta, podría serlo para muchas personas.
Con esta nueva comprensión, mi propósito para el año 2024 se hizo claro: publicar al menos un poemario. Y así lo hice, este mes vi la publicación de “Como si fueras a volver y otros poemas de huida”. Cada poema es un fragmento de mi vida, un reflejo de los momentos que viví y que, sin saberlo, compartía con otros a través de temas comunes.
Ahora entiendo que la poesía sirve, y mucho. Sirve para conectar, para sanar, para explorar las profundidades de nuestra existencia. Al publicar mi libro, no solo he superado mis propios miedos, sino que también he ofrecido a los lectores un espejo en el que pueden verse reflejados. La poesía es un viaje que emprendemos juntos, un camino que nos lleva a través de la inspiración y la creación hacia un entendimiento más profundo de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
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